Joya: resident artists / Jude and Professor Mark Macklin / 1st September
‘Towards a manifesto for local art-science collaboration’
‘As Jude’s prints begin to appear – they are stunning – a day for me to reflect critically on the dynamics (personal and work-related), outputs, successes and potentially less-successful connections of this and other joint art-science residences. Based directly on our Joya: arte + ecología work experience, some more general pointers to undertaking meaningful and productive collaborative art-science projects are also offered.
First and foremost, it must be a partnership of equals and both partners must respect the complementary skills and experience each brings to the collaboration. This cannot be a sycophantic relationship as self-criticism and especially the ability to give and take positive and sometimes less-positive feedback to your working partner is of paramount importance.
Second, a genuinely interdisciplinary project that aspires to be transdisciplinary should be jointly conceived, and when new and primary field information is required (as in this project) this should be collected together, although the artist and scientist will use their own working practice (geomorphological mapping and sedimentary logging in my case and for Jude continuous [streaming] drawing, sketching, photographs and videos) to capture data.
Third, leave you preconceptions behind but don’t be afraid to confront misconceptions of fact or working practice held by your collaborating partner. Avoid using environmental clichés such as ‘tipping points’, ‘dangerous climate change’ and ‘environmental wasteland’ – the last term is an oxymoron!
Fourth, for field-based work undertaken outside of the artists’ studio, or the scientists’ lab, a slimmed down and transportable ‘tool kit’ is required; with careful planning this does not need to constrain the ambition or reach of the creative output.
Fifth, production of artwork and supporting text is best done coevally; blogging is an excellent vehicle for this and offers the opportunity for external feedback in near real time.
Sixth, the collaboration works best if it’s time limited and can take place in a supportive and facilitating environment; Joya: arte + ecología was ideal in both respects. 12 days worked well for us and included a 2 day ‘spin-up’ period during which a thorough reconnaissance of the study river catchment was made and the work programme re-visited and fine-tuned.
Last but not least, what did help to sustain, grow and guide the collaborative project in unexpected and interesting ways was ensuring that it was locally ‘grounded’ within the community and sought to address issues that had practical utility as well as benefit for human well-being and ecosystem health’.
Prof. Mark Macklin
“Hacia un manifiesto para colaboraciones artístico-científicas locales”
“Mientras los grabados de Jude empiezan a tomar forma (son espectaculares), por mi parte hoy me estoy dedicando a reflexionar desde un punto de vista crítico sobre las dinámicas (personales y relacionadas con el trabajo), los resultados, los éxitos y las conexiones potencialmente menos exitosas de ésta y otras residencias artístico-científicas. Basándome directamente en nuestra experiencia de trabajo para Joya: arte + ecología, puedo hablar de una serie de puntos generales a seguir que pueden ayudar a obtener resultados significativos y productivos a la hora de emprender proyectos colaborativos artístico-científicos.
En primer lugar, debe tratarse de una asociación entre iguales y ambos compañeros deben respetar las habilidades y la experiencia que cada uno aporta a la colaboración. Esto no puede ser una relación aduladora, debe haber autocrítica y, sobre todo, tener la capacidad de intercambiar feedback positivo y a veces menos positivo con tu compañero de trabajo es de vital importancia.
En segundo lugar, un proyecto genuinamente interdisciplinario que aspire a ser transdisciplinario debería ser concebido conjuntamente, y cuando se requiere información de campo nueva y primaria (como en este proyecto) ésta debería ser recogida conjuntamente, aunque el artista y el científico usarán su propio trabajo (cartografiado geomorfológico y registro de sedimentos en mi caso y en el de Jude continuo dibujo, bosquejos, fotos y vídeos) para obtener información.
Tercero, deja atrás tus ideas preconcebidas pero no tengas miedo de confrontarte con las ideas equivocadas relacionadas con hechos o maneras de trabajar asumidas por tu compañero. Evita usar clichés medioambientales como “puntos de inflexión”, “cambio climático peligroso” y “páramo medioambiental” – ¡el último término es un oxímoron!
Cuarto, para el trabajo de campo llevado a cabo fuera del estudio artístico, o laboratorio científico, se necesita un kit de herramientas reducido y transportable; organizándose como es debido esto no tiene porqué constreñir la ambición o alcance de la parte creativa.
Quinto, la producción de material gráfico y texto de apoyo es mejor hacerlos conjuntamente; publicar textos en un blog es un vehículo excelente para esto y ofrece la oportunidad de obtener feedback externo a tiempo prácticamente real.
Sexto, la colaboración funciona mejor si tiene un límite de tiempo y puede tener lugar en un entorno que sirva de apoyo y facilite el trabajo; Joya: arte + ecología fue ideal en ambos sentidos. Los doce días que hemos tenido funcionaron bien para nosotros e incluyeron un periodo de aceleración durante el cual se hizo un reconocimiento minucioso de la cuenca del río y el programa de trabajo fue revisitado y afinado.
Por último, pero no por ello menos importante, lo que sí ayudó a sustentar, hacer crecer y guiar el proyecto de colaboración en maneras inesperadas e interesantes fue asegurarse de que estaba localmente “basado” dentro de la comunidad y buscaba tratar asuntos que tenían utilidad práctica así como beneficio para el bienestar del ser humano y la salud del ecosistema”.
Prof. Mark Macklin
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